Mujeres Libres, el grupo más numeroso de mujeres anarquistas / CGT |
A finales de la II República unas 21.000 anarquistas se agruparon
formando el primer movimiento feminista radical de auténtica base
popular en España. Uno de los grupos precursores de reivindicaciones por
la liberación de género que, tantos años después, siguen estando
presentes en la actualidad.
Se dice de la historia que la escriben los vencedores,
pero lo que no se dice es que los vencedores, casi en su totalidad, son
hombres. Y, tampoco se dice, que estos suelen olvidarse de las mujeres:
si echamos una mirada hacia atrás y pensamos en los grandes momentos de
cambio de la humanidad, o en las grandes revoluciones, ningún o casi
ningún nombre de mujer nos viene a la cabeza.
La historia de España no ha sido menos dura con las mujeres,
enterrando durante muchos años el papel que tuvieron durante la época
más revuelta del país, la Guerra Civil. Sin embargo, organizaciones
sociales intentan constantemente hacer un hueco en nuestra memoria
colectiva y enfrentar el olvido. Como ejemplo, CGT y Mujeres Anarquistas con la Agrupación de Mujeres Libres,
que éste 2019 hace 82 años de su fundación. Una organización que se
conformó entonces como el primer movimiento feminista radical de
auténtica base popular y precursor en la lucha por reivindicaciones que,
tantos años después, siguen estando presentes en la actualidad.
¿Cómo nacieron? A finales de la II República en una
dinámica política y cultural que abría nuevas posibilidades para la
participación de las mujeres en la lucha social. CNT, la Confederación Nacional del Trabajo,
era desde 1910 la central sindical principal orientada por el
anarquismo, de la que después derivó la CGT. Un sindicato que contaba
con una presencia alta de mujeres y que reconocían los derechos
laborales básicos como la libertad económica o la igualdad de salario,
pero en el que poco se ideaban iniciativas de luchas específicas.
" Las mujeres marcaron su propio camino en el anarquismo y en 1936 crearon su propia organización "
Ante esto, las mujeres necesitaron marcar su propio
camino. En Barcelona, núcleo principal del movimiento anarquista, se
fundó en 1934 el Grupo Cultural Femenino, pionero de las articulaciones
de mujeres dentro del sindicato. Pero el estallido de la guerra civil
cambió el ritmo de las formaciones, avanzaron y decidieron entonces
crear su propia organización. El 2 de mayo de 1936 varias mujeres
publicaron el primer número de la revista Mujeres Libres que, como relata Paula Ruíz Roa,
responsable de la secretaría de la mujer de CGT "sirvió de base para la
constitución del grupo libertario y la organización de su primer primer
- y único - congreso que pudieron realizar en agosto de 1937". En poco
tiempo, pasaron a contar con 147 agrupaciones locales y 21.000 mujeres afiliadas.
El primer grupo autónomo de mujeres
Desde sus inicios, Mujeres Libres se formaron como un
grupo totalmente autónomo. La mayoría de las militantes ya formaban
parte de otras organizaciones del movimiento libertario – CNT, FAI,
Juventudes Libertarias -, sin embargo, no se subordinaron a ninguna de
las estructuras previas.
Cartel de Mujeres Libres |
Esta fue una batalla de las anarquistas por el rechazo que generó dentro
del movimiento libertario una organización sólo de mujeres: "Fueron
ellas quienes hicieron ver que era necesario separar las organizaciones de toda la clase trabajadora de las organizaciones de las mujeres
para diferenciar las reivindicaciones de ambos, porque dentro de la
lucha de la clase obrera no se le daba la importancia que tenían",
explica a Público el actual secretario de CGT, José Manuel Muñoz Póliz.
La escritora e historiadora estadounidense Martha Ackelsberg señala
que el mayor logro de la organización fue ser las "pioneras de las
organizaciones feministas" y "unir la lucha contra la explotación
capitalista con la opresión patriarcal". Así fue, Mujeres Libres seguía
la línea ideológica de CNT, pero desarrolló su propio objetivo: emancipar a la mujer de la triple esclavitud,
"esclavitud de ignorancia, esclavitud de mujer y esclavitud
productora". Con el inicio de la guerra, se marcaron otra meta, "aportar
una ayuda ordenada y eficiente a la defensa de la República".
Reivindicaciones aún presentes en la actualidad
"Lo que más llama de atención de este grupo es cómo
plantean la problemática de la mujer. Sobre todo en aquella época, con
temas que abarcan desde la abolición de la prostitución, la educación
mixta, comedores o guarderías populares o el amor libre.
Reivindicaciones que llegan a la mayoría de izquierda mucho después, en
la década de los 70", cuenta el historiador brasileño Thiago Lemos Silva, que ha estudiado durante más de diez años la historia de esta agrupación.
Desde sus inicios reclamaron la importancia de la incorporación de la mujer al trabajo asalariado,
realizando múltiples trabajos, además de las actividades de
retaguardia: desde la alfabetización hasta la capacitación en el trabajo
en todas los sectores laborales. Y, para que esta incorporación no
fuera una doble carga para las mujeres, reclamaban – igual que en la
actualidad- y pusieron en marcha comedores y guarderías populares en los
lugares de trabajo.
" Trabajaron en la retaguardia y en las fábricas, alfabetizando y capacitando a centenares de mujeres "
Rompieron con la idea de que el hogar y las
relaciones de pareja eran privadas: denunciaban con fervor el control
dentro de la propia pareja y desde el propio estado e Iglesia católica.
Proclamaban el amor libre y denunciaban que el modelo tradicional
de familia fomenta las desigualdades. Por un lado, porque mantiene las
dependencias económicas en la que se sustenta el patriarcado. Por otro,
porque ampara la sumisión de las mujeres a los hombres dentro de la
familia por lo que carecían de todo derecho de expresarse en ella.
Otro de los temas que más destacaron fue la educación infantil.
Aseguraban que en las escuelas se adquiere una mentalidad encasillada
por los valores burgueses por lo que era esencial que la educación diese
un giro total potenciando una escuela para la libertad. Dentro de la
educación, además, reclamaban la necesidad de la educación sexual,
planteando temas hasta entonces tabúes como los métodos anticonceptivos o
el aborto.
Revista Mujeres Libres, Barcelona, nº 11. |
La represión contra las anarquistas
Como con casi todos los grupos revolucionarios la
represión durante la guerra por parte de las tropas franquistas fueron
colosales. Más con los grupos de mujeres como éste que suponían un doble
peligro al no luchar sólo por la emancipación de la clase obrera, sino
también por la emancipación de la mujer.
Parece una tarea imposible documentar el número
exacto de mujeres que pasaron por el calvilcio de la tortura, de los
asesinatos, de las desapariciones y de la violencia sexual.
Pero sí sabemos que al igual que, como la mayoría de milicianas y
militantes, las integrantes de Mujeres Libres acabaron en la cárcel, en el exilio, o, en el mejor de los casos, sometidas a un silencio absoluto negando haber participado en esta organización.
Ni desde el extranjero consiguieron mantener estructuras organizadas en
la clandestinidad, por lo que a los tres años, en 1939, Mujeres Libres
acabó disolviéndose. Aunque sí han mantenido un legado: "crearon un gran
deseo en las mujeres de libertad en todas nosotras", afirma Ruíz Roa. Y
es que, como también señala Thiago, "hay que conocer la historia de
estas mujeres para poder cuestionar el machismo".
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